Parece que últimamente se ha puesto en boga en un sector de la población cada vez mayor esto de meditar.
Para el resto esto de meditar puede sonar a moda, a pérdida de tiempo y algo sin propósito y sin sentido.
Y dentro de este grupo hay aquellos que han hecho algunos intentos de meditar pero como todo principiante se han frustrado al darse cuenta de su mente que no para de charlar.
Como dato la neuro ciencia a cuantificado la cantidad de pensamientos que tenemos al día en 60.000 la mayoría de los cuales son negativos, repetitivos , basados en el pasado y proyectando un futuro muchas veces temeroso.
Con razón la llaman la mente de mono porque salta de tema a tema sin sentido.
Y eso es lo que ocurre las primeras veces (yo diría que las primeras 300.000 veces jaja) que nos sentamos a meditar; que nos damos cuenta de la loca de la casa , como también se le ha llamado a esa mente incesante de la que nos parece imposible deshacernos.
Y ahí tenemos la meditación, en ese propósito amable y gentil de ir adiestrándonos en nuestro parloteo interno. De hecho nuestro objetivo no tiene que ser acallar la mente, porque cuanto más deseemos esto más nuestra mente se va a revelar.
Así que nos sentamos y con gentileza le damos una tarea a la mente en la que centrarse esta puede ser centrarse en la respiración , en un mantra, en el espacio entre pensamientos, etc.
Existen muchas técnicas de meditación. El objetivo es ir haciendo un hábito y cada vez más podamos tomar perspectiva de nuestros pensamientos, pudiendo observar cómo ocurren en nuestro espacio mental. Con el tiempo cada vez podemos tomar más esta postura del observador reconociendo que tú no eres tus pensamientos. También irán viniendo cada vez más estados de silencio y de quietud mental. Y ocasionalmente pueden aparecer estados de revelación, aunque estos no deben ser el objetivo a perseguir ya que son como regalos caídos del cielo -nunca mejor dicho-
Evidentemente el trabajo meditativo no lo es todo, porque no sirve estar por ejemplo una hora en meditación y el resto del día en plena inconsciencia.
La meditación sí que te va a apoyar a estar en tu día a día en una mayor observación y consciencia de ti mismo, de lo que te ocurre pudiendo tomar perspectiva de tus propios pensamientos, sentimientos y circunstancias de vida. Ese es un gran paso ya que empiezas a adueñarte de tu vida y es entonces cuando nos capacitamos para elegir pensar de manera diferente.
La meditación acompañada de terapia psicológica te ayuda a tener más conocimiento de ti mismo y poder soltar patrones de pensamiento y elegir otros diferentes y así sentirte en mayor paz y libertad mental. Te invito, si así lo eliges, a que vengas a mi consulta presencial en Palau-solità i Plegamans para iniciar este camino de bienestar personal.